El tren de la alegría
Narradora: Los niños del grupo de vigía de la casita encantada decidieron dar un paseo por los sitios históricos y monumentos de la ciudad de Neiva.
Niño 1: ¡Qué bueno! Pasearemos por la estación del ferrocarril.
Niño 2: ¡Y por el parque mitológico!
Niño 3: ¡Miren, el sombrerón!
Niño 4: ¡Y la patasona!
Niño 1: Vengan amigos, sentémonos a contar historias.
Niño 4: Había una vez...
Tren: Psst, psst, niños, niños.
Narradora: Los niños por más que miraban por todas partes, no podían ver a nadie. Hasta que uno de ellos observó que los ojos del tren se abrían y cerraban iluminando de alegría la estación del tren.
Niño 1: Sí, ¡miren, miren!, hay luces en su interior. Subamos al tren y miramos qué ocurre.
Narradora: Cada uno de los niños fue subiendo con mucha curiosidad y asombro al tren, y cuando todos estaban adentro, nuevamente se escuchó aquella voz.
Tren: Hola, mis buenos amigos encantados. Hoy les contaré una historia triste, quizás la cual, muy posiblemente, ustedes me ayudan a cambiar.
Niño 4: Amiguitos , sentémonos a escuchar atentos lo que nos quiere contar el señor tren.
Tren: Soy, amigos, estoy muy triste. Ahorita la ciudad me tienen muy olvidado. Estoy sucio y hastiado, me he convertido en un baño público, y en el dormitorio de los indigentes.
Niño 4: Pobrecito nuestro amigo el tren. Vamos a ayudar a que viva nuevamente.
Nilos: Sí, hay que ayudarlo.
Tren: Hace mucho, mucho tiempo, yo era muy útil. Era quien llevaba y traía el mercado, las medicinas y los animalitos de todas las regiones del país. También transportaba muchísimas personas, y en varias ocasiones me adornaba de colores para convertirme en el tren de la alegría.
Niño 2: Señor trencito, aprovechemos la magia, y ahora que los niños lo vemos más vivo que nunca, vamos a dar un paseo.
Niños: ¡Sí, queremos pasear!
Canción: El tren se va, el tren se va, busca un prado en la ciudad. Lleva mil vagones y sus pasajeros juegan, juegan, habrá cadi habrá cada, mira la risa que da, como un aeroplano sobre el arco iris, vuela, vuela.
Narradora: ´Los niños andaban de suerte, pues todas las noches y sin que nadie se diera cuenta, el tren se llenaba de vida. Sacaba sus alas, las que le había dado la imaginación, y se echaba a volar por toda la ciudad.
Tren: Abróchense sus cinturones mágicos, vamos a pasear por la ciudad.
Niños: ¡Hey!!
Canción: ... sin itinerario, va el tren se va, y el hada convencida, acaso gasolina, o electricidad...
Niño 1: ¡Miren! estamos pasando por el parque mitológico, es la madre monte, ¡también vive¡
Niño 3: Ah jajajaja, subamos al tren de la alegría. ¡Que viva la magia envuelta en colores y que mi bosque se levante!
Niño 2: ¡Miren la candileja, como alumbra el río Magdalena la señora! abran espacio, que se suba también en nuestro tren.
Niño 4: Observen el viejo Moan, como cuida tanto el malecón...
Canción: Andar en tren, andar en tren, es de lo mejor, es de lo mejor, se tira el cordel, se tira el cordel , y se para el tren, y se para el tren...
Narradora: Niños no cabían de la felicidad en aquel tren, las historias se contaron hasta el amanecer. De repente, se escuchó un gran ruido, los niños despertaron asustados, y muy cansados por el recorrido, se habían quedado dormidos. El tren yacía en la estación muy quietecito. Los niños se miraban buscando explicaciones. En ese momento el tren prendió y apagó sus luces. Los niños se miraron y se dieron cuenta que realmente no había sido un sueño, que muy posiblemente, y con la ayuda de ustedes, quienes nos escuchan, podíamos dar vida de nuevo, al fantástico tren de la alegría.